Los Humanos vs El Planeta Tierra
Los
humanos en nuestros inicios, nos caracterizamos por la estrecha e
íntima relación que sosteníamos con el ambiente, expresada única
y exclusivamente a través de la caza y recolección, con el fin de
suplir necesidades alimenticias, así como de utensilios básicos
(vestido, cestería, agujas, arpón, flechas, etc.) necesarios para
la subsistencia. Es aquí donde se sientan las bases del
“Biocentrismo” en las cuales se considera, que somos
indisociables del entorno que compartimos con otros seres vivos, bajo
una visión holística (integradora) y ambientalista.
Posteriormente
al trascurrir de la historia, hemos aumentado en números
poblacionales y en desplazamientos o colonización de diversas zonas
o ecosistemas; paralelamente también, se han incrementado nuestras
necesidades por diversos recursos; con lo cual hemos cambiando
radicalmente nuestra relación con el planeta; sentado las perversas
bases del “Antropocentrismo” (todo lo que está en el mundo está
hecho para el hombre), condición esta que hasta nuestros días a
traído como consecuencia la alteración del equilibrio de los
ecosistemas por la degradación directa de los diversos habitad; a
través de la expansión de las fronteras agrícolas (ganadería y
agricultura), por la tala y quema, tráfico de especies locales, que
han con llevado a una pérdida de la biodiversidad, además de
incrementar los factores que afectan el cambio climático (generación
de CO2, gases invernadero, entre otros); que al final propician la
aparición de enfermedades que nos afectan tanto a los seres humanos
como a la fauna.
Por
tanto, cuando afectamos radicalmente al ambiente; bajo una visión
extractiva y degradativa, sin importarnos que somos parte del mismo y
que nuestras acciones nos repercuten inexorablemente; propiciamos el
escenario perfecto para aumentar el riesgo de contacto y transmisión
de agentes patógenos (virus, bacterias y hongos), entre humanos y
especies silvestres, conocido como zoonosis; con los consiguientes
efectos negativos sobre la salud humana que actualmente estamos
padeciendo.
Los
humanos debemos reconocer que no estamos solos en el planeta y que
nuestra existencia no gira solo alrededor nuestro; como el llamado
“efecto mariposa”; el batir de las alas en un extremo del planeta
tiene consecuencia directa en otra parte del mismo; así también
nuestras acciones no se distancian unas de otras; el planeta esta
íntimamente interconectado y no solo por la globalización o redes
digitales y de transporte, sino por conexiones naturales más
directas de las que nos hemos imaginado; ejemplo de ello la actual
pandemia del coronavirus llamado covid-19.
Por
lo tanto, es tarea y responsabilidad de todos; asumir acciones
concretas, bajo una visión “Biocentrista”, reduciendo la
degradación ambiental; a través de la conservación de ecosistemas
y áreas naturales, así como la protección de la biodiversidad de
especies; propiciando cambios de hábitos culturales por más difícil
que sea, orientado a la disminución en el consumo y tráfico de
especies silvestres, evitando así la aparición de nuevas pandemias
globales. En conclusión, el bienestar del planeta es el bienestar de
todos.
Caracas 22 de abril de 2020.
Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez.
Instituto de Estudios Científicos y Tecnológicos (IDECYT)
Centro de Estudios para el Desarrollo Agroecológico Tropical (CEDAT)
Laboratorio de Etnoecología Agroecológica.
Msc. Julio Blones